Centenares de adultos mayores se acercaron a la Sede Rectorado de la Universidad Nacional del Oeste a recibir sus certificados de asistencia a los cursos y talleres que durante el 2015 la UNO co-organizó junto PAMI -UGL XXIX Morón- y a la Municipalidad de Merlo.

Con una inscripción superior a las 500 personas, todos de más de 65 años y de ambos sexos, se consolidó un espacio académico para la enseñanza de herramientas que ayudan a que nadie se quede fuera del vertiginoso mundo tecnológico.

En el marco del convenio con la UGL XXIX Morón (que comprende los distristos de Hurlingham, Ituzaingó, Merlo y Moreno), bajo el programa UPAMI (Universidad para Adultos Mayores Integrados) se realizaron 6 Cursos de Iniciación a las Nuevas Tecnologías (nivel 1 y 2), 2 cursos de Inglés (en los niveles 1 y 2) y un Taller de Estimulación a la Memoria. El acto de entrega de certificados fue el miércoles 25 de noviembre. Claudio Righes, Director de PAMI Morón, agradeció a la UNO por su participación en UPAMI y prometió continuar con los cursos. A su vez, dedicó emotivas palabras a los alumnos por su esfuerzo en el aprendizaje, sorteando las vicisitudes propias de la edad.

Por otra parte, por medio de un acuerdo con el Municipio de Merlo a través de la Secretaría de Acción Social, tanto con la Subsecretaría de la Tercera Edad y con beneficiarios del Plan Vida, se dictaron 16 Cursos de Iniciación a las Nuevas Tecnologías (niveles 1 y 2). En este caso, fueron más de 300 los inscriptos. El acto en que se entregaron los certificados fue el lunes 30 de noviembre.

En este caso el Secretario de Extensión Universitaria, Lic. Adrian Auteda le expresó a los estudiantes la importancia que ellos tienen en estos primeros años de los programas para adultos mayores: “ustedes son los iniciadores, los invito a seguir invitando a sus amigos, conocidos, su familia. Este tipo de iniciativas crece de boca en boca y su rol es el más importante” .

A su vez, el Prof. Diego Blanco, quien coordina este área de la UNO, destacó que: “la Universidad, al abrir las puertas a los adultos mayores, toma la demanda de la sociedad de incluir al mundo digital y el uso de las nuevas tecnologías a aquellos que quedaron relegados”.  Luego, finalizó agradeciendo que “se hayan animado y sumado, más allá de la edad”

Es así que a raiz de la extensa convocatoria, la entrega de certificados debió realizarse en dos días diferentes. Asistieron familiares, amigos, autoridades de la Universidad e institucionales que aplaudieron a los alumnos que, envueltos en resonante alegría, sonrientes y contentos, pasaron uno a uno a recibir su reconocimiento.

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Paulina Krujosky, una argentina de 68 años de orígenes ucranianos, pasó a recibir su certificado de asistencia con una sonrisa gigante, semblante de persona que camina en paz, y una actitud y postura que contagia vida por todos los rincones. Luego, ya en el momento del brindis, ofrece torta de manzana casera, charla con los amigos que hizo en clase, y aprovecha para sacarse fotos. Cuenta que aprendió internet y “ya mando e-mails y estoy aprendiendo facebook. Veo países que no conocía, como Noruega, Suecia, o esos lugares”.

El relato de César Baracchi, 75 años, sintetiza la historia de muchos de los alumnos. Sus nietos manejan con destreza la computadora y el comparte sus días con ellos. En esa relación abuelo-nietos, se daba cuenta que quedaba atrás en algunas cuestiones de tecnología: “los nietos saben todo y te dicen ´es así abuelo tic tic tic´ y como uno es medio ´durazno´ se pierde de muchas cosas. Entonces pasé por la casa de la terceda edad (en el municipio de Merlo), vi un cartel que avisaba de los cursos y me anoté”. César remarcó que su profesor: “es muy bueno, porque no es fácil enseñar a los más grandes. El viene y te atiende igual, con mucha paciencia, te explica, y eso para una persona mayor es muy importante, porque lo que yo quería era aprender a desenvolverme sin preguntarle a nadie, eso es lo que me da cierta tranquilidad”. La actividad a la que César le dedica más tiempo es a enviar e-mails y entrar en facebook:  “tengo familia en italia, en Roma y en Rieti, en plena montaña, y ya me contacté con ellos” Su mujer está muy orgullosa:  “lo felicito,  me encantó el empeño que puso, como una criatura.  Estoy orgullosa, porque lo ha hecho con muchas ganas, con felicidad” y en medio del brindis llegó a saludar su nieta, una fotógrafa de 23 años que tiene a “un abuelo de cuentos”, que ya le firma las fotos de sus viajes que sube a su facebook.